A la orilla del río
El falso yo, sentado a la orilla del río, sólo
atiende a las formas y observa el curso de sus aguas, que en un punto concreto
varía a cada momento o baja más o menos caudaloso. Es incapaz de entender que
el río, por encima de tales cambios, es el río.
La esencia subyacente no sabe de variaciones ni
de muertes. Es inalterable, es la existencia, es el Ser, el verdadero Yo; lo
único real.
Emilio Carrillo (Crónicas de Avalon)



Comentarios
Publicar un comentario