El arte de escuchar y aliviar




El oficio de aliviar el miedo y la tristeza es un arte difícil, como todos los que exigen atención y silencio. Incluso con la mejor intención en general nos precipitamos a sermonear en lugar de dejar desahogarse a quien sufre y nos cuenta su historia

Zenón en una de sus máximas ya afirmaba que “tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que hablamos”

La mejor estrategia es acallar los “deberías”, cambiar los imperativos por preguntas: qué necesitas, qué te haría sentir mejor

En el fondo, lo que apesadumbra al triste y al enfermo es el miedo a no lograr salir nunca de su laberinto

En los peores momentos, lo que necesitan es cierta dosis de comprensión, desactivar el fatal adverbio “siempre”: 

esto que te pasa pasará

Irene Vallejo 


 

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