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Las fronteras se difuminan y desaparecen
La costa es un lugar evocador. Las mareas suben y bajan, guiadas por la
luna. Las mujeres y las costas cambian sin descanso, redibujándose físicamente
según los ciclos. Las fronteras se difuminan y desaparecen. Todo es posible en
el límite entre esta vida y la otra. La costa es donde el mundo conocido se
precipita a una profundidad desconocida. El cambio se nota con solo mojar los
dedos de los pies en la orilla, al adentrarse en la arena que se cubre de olas.
Empiezo a ser consciente de la maternidad, que se me revela como una orillaCharlotte Runcie
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