Extraña Verdad
A veces
cuando nos perdemos en el miedo y la desesperación, en la rutina y la
constancia, en la tragedia y la desesperanza, podemos agradecer las galletas de
azúcar. Y afortunadamente cuando no hay galletas, podemos encontrar la calma en
una mano familiar en nuestra piel, o un gesto afectuoso, o un ánimo sutil, o un
abrazo cariñoso, o un ofrecimiento de consuelo. Además de los secretos en voz
baja, la guitarra, y tal vez la ocasional obra de ficción. Y debemos recordar
que todas estas cosas, los matices, las anomalías, las sutilezas, que asumimos
que sólo son accesorias en nuestras vidas de hecho están aquí por una causa más
grande y más noble: están aquí para salvar nuestras Vidas. Se que la idea
parece extraña pero resulta ser Verdad
Película "Más extraño que la ficción"
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