La pequeña llama
Yo
siento por la Luz un Amor salvaje,
cada pequeña llama me encanta y sobrecoge;¿no será, cada lumbre, un cáliz que recoge
el calor de las Almas que pasan en su viaje?
Hay unas pequeñitas, azules, temblorosas,
lo mismo que las almas taciturnas y buenas
Hay otras casi blancas: fulgores de azucenas
Hay otras casi rojas: espíritus de rosas
Yo respeto y adoro la Luz como si fuera
una cosa que vive, que siente, que medita,
un Ser que nos contempla transformado en hoguera
Juana de Ibarbourou
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