Érase una vez, cuando las mujeres
eran las aves, no había el simple entendimiento de que al cantar al amanecer y
cantar al atardecer era sanar al mundo a través de la alegría. Las aves aún
recuerdan lo que hemos olvidado, que el mundo está destinado a ser
celebrado.
Terry Tempest
Williams
Comentarios
Publicar un comentario